Este Parlamento ha sido avasallado por la avalancha de Decretos Presidenciales que se han expedido para sostener esta crisis pandémica. En los últimos meses el Congreso fue raquítico en sus iniciativas, y solo los extremos se quisieron poner en la agenda nacional a través de insultos e improperios y denuncias.
¿Qué hacer con un Congreso virtual sin cansar a la audiencia con los insultos al contradictor? ¿o es mejor que el congresista se tome las calles para conocer más a la ciudadanía?; El Congreso tiene la fortuna de recoger el pensamiento colectivo de los pueblos, y sí se quiere ir más allá, de aquellas poblaciones más alejadas donde tal vez nunca han visto un congresista en sus vidas.
Hoy por hoy la política se hace más virtual dejando de un lado el contacto directo con el votante de carne y hueso. Y el partido Colombia Justa Libres no puede caer ese concepto de la virtualidad solamente, se necesita mayor contundencia legislativa, como también su contacto con la gente.
Los congresistas de Colombia Justa Libres tienen un reto de llegar allá donde las poblaciones no tienen un contacto directo con el Congreso, o tal vez no tienen recordación de los nombres de los Senados y Representantes a la Cámara. Este es un desafió que no se logra virtualmente; tener contacto cara a cara con el pueblo y el reconocimiento sus necesidades es colocar que el votante se escuchado.
Dormirse en el terreno de la ciudad capitalina es muy fácil, acomodarse a los privilegios que trae el congreso no deja de ser una tentación para dormitar a políticos incautos. Por eso, necesitamos sacar las garras del León y comenzar a pisar el terreno que otros han dejado sin palpar al votante de a pie, y esto no solo se logra con la virtualidad. Se requiere salir de las comodidades que trae el congreso y caminar pueblo por pueblo, vereda a vereda sin descanso para que el parlamentario se ponga en el calzado del otro. Es buscar las poblaciones más vulnerables que llevan al Congresista a conocer la realidad de todas las sociedades.
En esta legislatura no es para pernoctar en las redes sociales, ni caer en la tentación del miedo a la pandemia. Se necesita Congresistas que empalme con su votante real. Le es ineludible salir a engancharse con el electorado olvidado. Que no se caiga en la trampa, de que por tener una misma convicción celestial (infalibilidad de Dios) salimos como timorato a votar por Congresista que tiene voz y no la usan, tiene voto en el congreso, pero no se siente. Se requiere parlamentarios avivados en el Congreso y, metidos con las necesidades de las gentes.
Por: Carlos Calderón Vega
Abogado – Miembro CJL
Cel: 3002016646