William da silva nació en Brasil, pero es residente mexicano, habiendo adquirido la nacionalidad de este último, es un jugador de fútbol y Cristiano de corazón.
Sus inicios en el fútbol fueron difíciles, ya que anhelaba obtener su título profesional. Conociendo aun así su situación económica, la cual era precaria, y el paro cardíaco que sufrió a sus 16 años al intentar hacerse los exámenes para ser jugador, también le dieron una mala jugada al fallarle doblemente al año siguiente cuando volvió a tener que pasar el anterior incidente, siempre tuvo su sueño intacto.
Luego de vivir estas experiencias, un conocido suyo lo invitó a acercarse a Dios para que el señor con su misericordia le hiciera un milagro de sanidad, en donde los doctores le pronosticaban que por su condición física no podría jugar al fútbol, aun así, él hizo caso omiso a la ciencia médica y entregó sus sueños, su enfermedad, y su Fe a Dios, contando con que este último le cumplió su petición, permitiéndole sanar y emprender su carrera deportiva.
El jugador lleva más de una década en los caminos de la iglesia cristiana, donde expresa su amor e infinito agradecimiento a Dios, inclinandose a orar antes de cada partido, el cual por cada gol anotado tiene una dedicación especial a su fe.
Sostiene también que a pesar de las burlas ajenas de su religión, tiene una vida muy feliz, plena y llena de oportunidades.