Ginete

El tercer jinete del Apocalipsis. Segunda parte.

 

 

Hablamos en la primera parte que el tercer jinete del Apocalipsis viene sobre un caballo negro, sosteniendo una balanza en su mano; la cual representa la forma económica de este mundo, injusta y fracasada, operante bajo el sistema babilónico que será drásticamente juzgado y reemplazado, a su vez, por uno de justicia y paz durante el  Milenio

 

 

Cabe señalar que los cuatro jinetes son introducidos por los cuatro seres vivientes. El primero, con cara de león, introduce al león falso, anticristo en caballo blanco;  el segundo, con cara de toro, introduce una guerra salvaje, en caballo bermejo; el tercero, con rostro como de hombre, introduce la hambruna, en caballo negro, como resultado del accionar de los dos primeros jinetes. Respecto del cuarto jinete, introducido por el cuarto ser viviente, semejante a un águila volando, hablaremos posteriormente.

 

 

La opresión económica en la tierra es una constante histórica con marcado desbalance, donde los ricos son más ricos y los pobres más pobres, rompiendo toda justicia y ponderación. Actualmente el 40 % de la población mundial vive bajo el nivel de pobreza, pues el espíritu del anticristo ya está en el mundo.

 

 

Gran depresión y colapso económico mundial se avecinan.  Viene  más  caos, violencia y muerte. Personas peleando y matando para sobrevivir por la escasez de alimentos. Ciertamente la guerra afecta las cosechas. Lamentaciones  5: 10 RVC, refiere como: “El hambre nos hace arder en fiebre; ¡tenemos la piel requemada como un horno!”, y Apocalipsis 6:6: “Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite y el vino”. Un denario es el sueldo de un día. Un pan valdrá tal cantidad, bajo muy marcada inflación. Aceite y vino serán productos de lujo. A Los muy ricos el colapso no los tocará y ello hará más manifiesta la balanza injusta que, en griego, es la misma palabra para yugo desigual.

 

 

Un tipo de la Gran Tribulación fueron los ghettos, durante la Segunda Guerra Mundial, donde miles y miles de personas fueron sometidas a marcada escasez, terminando  en campos de concentración como esqueletos vivos. La hambruna generalmente es causada por el hombre, en virtud de su avaricia y desobediencia a Dios. Podemos ver terribles consecuencias de ello en Deuteronomio 28: 15 – 68. Ciertamente, el poder corrompe. Hombres no salvos no lo pueden manejar, pues su padre es el diablo.

 

 

El anticristo usará la hambruna para tomar control total sobre el mundo; hará la distribución diaria de la comida tal como faraón lo hizo durante el período de las siete vacas flacas. Sin la marca de la bestia, nadie podrá comprar ni comer. Deuteronomio 28: 47- 48, nos da una idea de esto: hambre, sed, desnudez, bajo yugo de hierro y de destrucción. Así las cosas, tomemos más conciencia de lo que se avecina y crezcamos en compasión, alcanzando más personas para Cristo, y sirviéndole con amor, alegría, gozo y acciones de gracias.

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