Ginete

El tercer jinete del Apocalipsis. Primera parte.

 

 

Los cuatro primeros sellos del libro que se abrirá, desatando los cuatro jinetes del Apocalipsis, solo constituyen la introducción de la Gran Tribulación, pues seguidamente se aperturarán otros tres sellos con cosas mucho peores. Se acercan cuatro jinetes que representan los cuatro primeros juicios; juicios livianos, comparados con los tres siguientes. Este libro de los siete sellos constituye las escrituras mediante las cuales Jesús reclamará la autoridad sobre la tierra, usurpada por el diablo. Todo lo que sucede en la tierra es resultado de verdades y leyes espirituales. La Gran Tribulación es la fuerza del juicio de Dios para sacar al diablo de aquí. Si bien, ésta no acontecerá en nuestra dispensación, algunas cosas que ya están pasando tienen que ver con ella; pero mientras llega el rapto, nosotros como sal y luz de la tierra, frenamos el justo juicio de Dios.

 

 

Son buenas noticias para la iglesia, pues no estaremos acá durante ese terrible período. Esto nos anima a evangelizar con compasión, a ganar más gente para Cristo, discipularla y hacerla, a su vez, ganadores de más personas para que menos gente entre en la Gran Tribulación, de tal manera que puedan salir con nosotros en el Rapto y ser también dignos de escapar de la ira venidera; de horribles cosas que sobrevendrán en la tierra.

 

 

 

Ya vimos cómo el primer jinete, sobre un caballo blanco, representa al anticristo,  imitación falsa del verdadero Cristo; muy carismático, tendrá control sobre el mundo, mas fracasará rotundamente en su reinado. Quienes lo siguen son más que derrotados, pues Cristo es el vencedor y nosotros más que vencedores. Con el segundo jinete, sobre un caballo rojizo o bermejo; en griego: color de fuego, vendrá una devastadora  guerra no convencional.

 

 

El Jinete del caballo negro, el que hoy nos atañe, viene con una balanza;  la cual representa el área económica de este mundo. Sobrevendrá una gran hambruna,  de la cual hablaremos con más detalle en la segunda parte de este artículo. La balanza siempre ha sido un símbolo de la justicia en este mundo, pero la del diablo es injusta y torcida. Evidentemente la forma económica de este mundo no es justa, pues opera bajo un sistema conocido como babilónico, donde envidias, avaricia, corrupción y egoísmo están a la orden del día.

 

 

Ahora bien, bajo las circunstancias injustas que vivimos en este mundo caído,  a nuestro parecer la forma más justa y funcional es el capitalismo. Asimismo, es importante que como cristianos no olvidemos que la vida en este planeta no es justa, mas Dios sí lo es, y Él nos ayuda a superar las injusticias de esta vida, dándonos victoria sobre ellas. Dios nos bendice, dado que nuestra fe no está depositada en la economía de este mundo, sino en Él. Él es quien mira adelante y provee, Jehová Jireh; el Shaddai, el Dios más que suficiente, quien bendice nuestra economía y nos provee hasta saciarnos si le obedecemos (Levítico 26:3-5).

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