El Representante a la Cámara, Carlos Guevara, acusó que, de las 832 quejas enviadas por los padres de familia de colegios públicos y privados, 376 son de Bogotá, representando el 45 % del total del país, de acuerdo con las cifras del Ministerio de Educación Nacional. Éstas son por los útiles inútiles.
La injusticia por parte de este ministerio del gobierno se evidencia en la nula aplicación de sanciones a diferentes Instituciones Educativas que, en lo cursado de los años 2014, 2015, y 2016 exigieron a los padres de familia útiles y libros escolares que, en última instancia, no se utilizaron en el transcurso del año escolar. Aunque en todos los años siempre se presentaron inconformidades e inconveniencias de parte de los padres por este abuso de las entidades educativas, jamás se tomaron medidas correctivas.
“Encontramos bastante preocupante que para el Ministerio de Educación Nacional se hayan realizado 376 quejas en Bogotá por presuntos abusos de los Establecimientos Educativos, las cuales fueron reportadas al Distrito Capital, y que la Secretaría de Educación Distrital nos informe de sólo 11 casos abiertos, motivo por el cual pedimos la intervención de los órganos de control, especialmente la Personería de Bogotá, para que se investigue y sancione a los establecimientos educativos que se encuentren responsables por exigir materiales inútiles, atentando contra el bolsillo de los padres de familia” – Carlos Guevara
El descontento de los padres de familia en esta época radica en la obligatoriedad de adquirir uniformes y material académico en los Colegios o en los lugares que son definidos por éste, la exigencia de útiles de marcas específicas y de productos de papelería como resmas, marcadores, etc. y de productos tan atípicos como los farmacéuticos. Asimismo, cabe resaltar la imprudencia y exageración de las listas de éstos útiles solicitados por ciertos Colegios. El representante solicitó a la Personería de Bogotá, y a otros organismos de regulación, un seguimiento a los establecimientos educativos que abusen de la economía de los padres de familia requiriendo materiales escolares que resultan inútiles o innecesarios.