PREDICA

Predica la palabra

Nunca como hoy la iglesia universal necesita regresar a la santa Palabra de Dios, a la sabia decisión de predicar en los púlpitos la sana doctrina.

 

No deberíamos llamarnos cristianos si no estamos dispuestos a obedecer las ordenanzas que el mismo Señor Jesús nos dejó. Sería bueno regresar a la Biblia y recordar todas aquellas Palabras que el Salvador dejó plasmadas bajo la gloriosa inspiración del Espíritu Santo. Sería bueno recordar que estas palabras fueron dirigidas a aquellos que habían creído en Él: “Si vosotros permaneciereis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.

 

Solo la Palabra verdadera traerá libertad a todos los cautivos, a todos aquellos que el diablo ha tenido encadenados en la concupiscencia de sus propios pecados. Las almas necesitan urgentemente ser iluminadas con la santa doctrina del Salvador. Jesús mismo lo dijo: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. A llegado la hora de sacar de los púlpitos la mentira, el engaño, los intereses egoístas y retomar solo el camino de la verdad. Jesús es la verdad, el mismo Señor advirtió a su iglesia a no buscar otros caminos: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; dijo Jesús, nadie puede venir a mi Padre, a menos que lo haga por medio de mí”. Pero: ¿Como podrán las almas llegar al conocimiento de Dios, cuando muchos han decidido cambiar la verdad por la mentira? ¿Como lograrán las almas alcanzar su salvación cuando en los púlpitos solo se habla de codicia y amor al dinero?

 

Con razón el apóstol Pablo, bajo la inspiración del Espíritu Santo ya advertía a la iglesia sobre el peligro que se avecinaba; porque gran ganancia, decía el apóstol, es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar, así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto, porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. Pretender enseñar a las almas que puede comprar un milagro por medio de un pacto es el mayor engaño que Satanás ha logrado introducir en las iglesias; es regresar a las indulgencias del papado romano que por su codicia mando al infierno a millones de ignorantes que pretendían con unas cuantas monedas salvar sus almas del infierno eterno, ¿cómo pretender comprar la gracia Divina recurriendo a métodos mundanos? bien lo dijo Santiago en su epístola:  !!Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

 

El mismo apóstol Juan también lo advirtió: No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él, porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo, el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. Ha llegado la hora de bajar de los púlpitos la mentira, el engaño, la codicia y cumplir el verdadero legado que nos dejó el Señor Jesús. Ha llegado el momento de levantar un ejército de jóvenes predicadores que rescaten lo que muchos por su ambición egoísta han dejado morir.

 

Dos mil años atrás un anciano predicador ya advertía de esto a su joven discípulo: “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la Palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina, porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas, pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio”.

 

Que Dios en su infinita misericordia nos ayude a obedecer sus santos preceptos y predicar solamente la verdad. Que el Santo Espíritu de Dios habrá la mente de las almas cautivas para que puedan salir de la ceguera espiritual en que el diablo las ha tenido atadas. Que las almas puedan escapar, cuán ave enjaulada, de todos aquellos que les han robado hasta el alma. Que todos los que están atados en la idolatría humana puedan ser liberados y recobren la cordura. Que millones de almas puedan oír la voz del Señor Jesús que les advierte desde el infinito: “Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas”. Que todas las almas liberadas puedan llegar hoy al puerto seguro en Cristo Jesús. Amén.

 

Que el amor de Dios, la gracia de nuestro Señor Jesucristo y la comunión del Espíritu Santo sea con toda la iglesia. Amén.

 

Pastor Abraham Peña Soler
Iglesia Cristiana Filadelfia JV

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