Glorificar a Dios en todo tiempo
Fotografía tomada de internet
Geneva Wood de 90 años, sufrió un derrame cerebral después de navida y vivió en el “Life Care Center” un hogar de ancianos en Kirkland, donde contrajo COVID-19.
Cuando inició el brote en EE.UU, se cerró el sitio donde vivía la abuelita y ninguno de los ancianos podía irse. La familia de Wood quedo devastada al saber que su familiar de avanzada edad había contraído esta enfermedad después de haberse recuperado de un derrame cerebral.
La infección que sufrió llegó hasta el punto de agravarse y sus familiares fueron al hospital con los implementos necesarios para acceder a ella, después las enfermeras organizaban videollamadas ya que no les era posible tener contacto directo.
Después de una serie de pruebas, el 22 de marzo, le confirmaron que los nuevos resultados para el COVID-19 finalmente fueron negativos. El equipo médico ya podían atenderla sin los equipos de protección. En palabras de Wood, su curación es una prueba de que Dios todavía tiene planes para su vida.
“Este es un regalo de Dios, su trabajo en mí aún no ha terminado”
La hija de la señora Wood, dijo que “Obtener el virus no es necesariamente una sentencia de muerte para los ancianos ni para nadie”
Hasta el momento se han curado del coronavirus más de 115.000 personas en el mundo, estas cifras aún son bajas para la cantidad de personas que han sido contagiadas y que han perecido a causa de esta terrible enfermedad.
Autor: Paula Andrea Berbeo Gómez