“Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis”.
– Mateo 26:11
En este texto muy particular narrado en el libro de Dios nos encontramos confrontados por el Señor Jesús con dos palabras que contienen la fuerza para impeler, impulsar o darle rumbo a la decisión de las personas que saben validar versus las que solo se limitan a descalificar. “Siempre y No Siempre” son las expresiones en cuestión.
Frente al hecho poderosamente maravilloso y cautivador para el Señor y al mismo tiempo censurado por algunos de sus discípulos, encabezados por Judas, quienes consideraban el hecho como un “desperdicio”, notamos con grata sorpresa cómo nuestro Dios le da una poderosa validación, firmeza, y un potente y vigoroso reconocimiento a los hechos decididos de esta mujer. Mientras sus oponentes, que en esta ocasión eran sus propios discípulos carentes de comprensión acerca del significado de aprobar según el carácter de Dios.
Precisamente en este contexto cae como anillo al dedo la famosa expresión de Oscar Wilde, narrador, poeta y dramaturgo irlandés: “El cínico conoce el precio de todo y el valor de nada”. Quizá, el cinismo es la razón de la incapacidad de los discípulos para reconocer lo que esta mujer hizo para marcar el corazón de nuestro Señor. Conocían el precio del perfume, pero no el valor del Señor.
Es interesante observar que los que caminaban con Jesús tenían una habilidad propia de la naturaleza carnal para descalificar, desacreditar y desautorizar lo que otros hacían con la pasión que a ellos les faltaba.
Siempre y No Siempre. “Siempre tendréis a los pobres con vosotros, pero a mí no Siempre me tendréis”. El quid de la cuestión radica, entonces, entre las cosas comunes que siempre debemos hacer, y las oportunidades extraordinarias que nos permiten traer un avance que honre al Señor y marque su corazón y la historia de nuestro caminar con Dios.
Nunca en nuestra historia había sido tan evidente esta verdad: Siempre y No Siempre. Siempre puedes hacer lo normal, pero No Siempre los momentos propicios y exactos estarán a tu disposición. Precisamente para efectos de este artículo quiero referirme a otra mujer que ha derramado su corazón, devoción, entrega y defensa a su amado Señor y Salvador Jesucristo. Siempre hemos tenido la oportunidad de decidir el destino de este país dando nuestro voto a personas que anhelan el poder y después no saben qué hacer con él.
Pero creo que este es el tiempo de un No Siempre, pues es obvio que en nuestros sucesos democráticos por primera vez tenemos la fortuna de contar con una candidata del talante, la preparación y trayectoria de la Dra. Viviane Morales Hoyos, como nuestra gran opción presidencial, a quien decididamente debemos apoyar “con toda”, como lo diríamos coloquialmente, para hacer referencia a comprometernos por completo.
Claro que no faltarán los descalificadores, pero contamos con la validación, el respaldo, la bendición y el favor de Dios. Examina el Siempre y No Siempre del Señor Jesús.
Dra. Viviane, muchos entendemos este tiempo como un No Siempre y esta es la razón por la cual la respaldamos desde el altar y hasta la plaza pública, con la convicción y determinación de que es la mejor elección para que nuestro país salga adelante.