«La necesidad de cambiar de religión»

En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su
conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net,
autorizándonos a que la citáramos:
«He sentido la necesidad de cambiar de religión, y la familia se ha opuesto. He
conocido a Cristo de una manera real, y me siento feliz así, pero la familia de mi
esposo me juzga por esta decisión…. No sé cómo responder a esos ataques
porque los quiero, pero me hacen daño con sus palabras…. Mi esposo no me dice
nada; sólo calla.»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
«Estimada amiga:
»¡Al parecer, su esposo es un hombre prudente! Él sabe que no le conviene tomar
partido si no es absolutamente necesario. Tal vez usted piense que él deba
apoyarla en contra de la familia de él, y en algunos casos esa sería la mejor
opción, pero en este caso es mejor que él se mantenga fuera del conflicto.
»Usted no dice que su esposo también ha cambiado de religión, así que podemos
suponer que él aún pertenece a la misma religión que sus propios padres. De ser
así, pudiera esperarse más bien que él tomara partido con sus padres contra
usted. El hecho de que él no haya hecho eso es otra prueba de su sabiduría.
»Entonces ¿qué puede hacer usted? En primer lugar, reconozca que Dios no le da
prioridad a la religión a la que uno pertenece. Al contrario, su Hijo Jesucristo
denunció a los líderes religiosos de su época en cuanto a ese asunto, diciéndoles
que, si bien por fuera daban la impresión de ser justos, por dentro estaban llenos
de hipocresía y de maldad. Jesús dijo que lo que cuenta es lo que tenemos por
dentro y no la apariencia externa que requiere determinada religión.1 Así que lo
que más importa es el hecho de que usted afirma que conoce a Cristo en lo
personal, porque eso quiere decir que usted le ha pedido que le perdone sus
pecados y que está tratando de agradarle en su modo de vivir.
»Es probable que sus suegros crean que usted ha puesto en peligro su alma a
raíz de la decisión que ha tomado. Seguramente es eso lo que los impulsa a tratar
de lograr que usted cambie de parecer. Lo mejor es que no discuta con ellos
acerca de este tema. Usted ya sabe lo que creen ellos, y ellos saben lo que usted
cree. Usted ha experimentado el perdón de Dios, y sabe que su alma está segura,
así que no hay ninguna razón para discutir al respecto.
»¿Qué hizo Jesús cuando lo persiguieron y lo insultaron? No contraatacó, y les
dijo a sus discípulos que tampoco ellos pelearan. Y no se enojó ni se mostró
vengativo. Es más, Jesús dijo muy pocas palabras para defenderse. Más bien, le
pidió a su Padre celestial que perdonara a quienes lo hacían sufrir. Le
recomendamos que siga ese ejemplo. Él le dará la fortaleza que usted necesita.»
Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. Este caso y este consejo
pueden leerse e imprimirse si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice:
«Casos», y luego se busca el Caso 513.

POR: CARLOS REY

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