VENTANA PASTORAL
Muchas son las imágenes, que representan la llamada “mujer del ayer”, enunciare algunos detalles que la caracterizaban; tenía que ser abnegada en el sentido de que permitiera ser subvalorada, ser una mujer de su casa, violentada tanto física como psicológicamente, no podía pisar el campo del varón, igualmente, una buena esposa comprendía, tener todo oficio de la casa al día y la crianza de sus hijos, saber cocinar, ser fértil, de lo contrario, una mujer estéril, soportaría el ser abandonada o la afrenta de que su marido tuviera hijos con otra, ahora, el primer hijo que diera a luz, debería ser varón, para no sufrir agravio, le convenía ser calladita, no expresar nada, no tener aspiraciones a nivel intelectual o económico, sino se quejaba era mejor, alegar un reconocimiento para ella, se tomaba como una altanería, abandonar el hogar la estigmatizaba.
Estas eran las “buenas esposas y madres”, en cuanto a su economía, la mayoría de veces, no podía tocar el dinero y si lo hacia debía entregar cuentas y literalmente, estirar el poco dinero que se le entregaba para la subsistencia de su familia, su círculo social era muy reducido y en algunos casos inexistente, esto hablando de la mujer que vivía en la ciudad, porque, la que estaba en el campo, su condición era peor y para muchas lo continua siendo, allí, las labores son más rudas, difícil con un machismo más acentuado.
Con el tiempo y en razón a los cambios políticos, económicos y sociales, que se dieron en 1870, surgen los primeros ideales de la llamada «Liberación Femenina», para ese momento fue, una lucha para que la
mujer tuviera derecho al sufragio; lo trascendental se dio con la incorporación de la mujer al trabajo durante la Primera Guerra Mundial, remplazaron a los hombres que estaban en el frente, para la década de 1920, la sumisa mujer femenina, ama de casa, cambia su ropa para sus nuevas labores, se corta el pelo, fuma, literalmente se pone los pantalones, practica deportes varoniles, conduce automóviles, hay una total independencia.
Ya en los años 60, la ola hippie desató una abierta promiscuidad sexual, “el amor libre”, y los objetivos feministas, trascienden todas las esferas, el voto un derecho adquirido, hay una mejor educación, nuevos horizontes laborales, la igualdad dentro del seno de la familia, sin subordinación de la mujer, la maternidad era una trampa en la que no podía caer, para poder conquistar el terreno profesional del varón, el matrimonio y a la familia es un objetivo muy lejano; consecuentemente, el paso del tiempo, evidencio, mujeres solas, usadas, aisladas, habían ganado lo material, pero a costa de su realización como mujeres, sin un hogar, la mujer fue creada con una función específica, su naturaleza femenina, no puede limitarse a la soledad, hoy sea dado una revalorización de la maternidad y la familia.
La mujer de hoy, es multifuncional, se coloca los pantalones y asume roles destacados dentro de la familia y la sociedad, las ideas místicas están en su lista, es un ser permeable a los avances tecnológicos, le cambia el sonajero a su bebe por un celular, los niños y adolescentes que crecen en el seno de estas madres, están presentando dificultades de identidad sexual, tendencias al consumo de sustancias psicoactivas, o en casos extremos tendencias suicidas, la etiqueta para la mujer “perfecta” la lleva al culto al cuerpo, hoy por hoy esta mujer tiende a tener alteraciones emocionales que rayan en la depresión.
Frente a estos dos panoramas, la Biblia en Proverbios 31, nos presenta una mujer cuya descripción data del 900 antes de Cristo, pero a pesar de ello, es una mujer, activa, justa, misericordiosa, el esposo es conocido por el papel de esta mujer, tiene su lugar especial, ”le da ella bien y no mal”, no es una mujer pisoteada ni ultrajada, hay bendición en sus manos, es una mujer de negocios, emprendedora, de empuje,
Elocuente, que genera confianza. Había una característica especial en ella “Se levanta aun de noche y da comida a su familia y ración a sus criadas”, ella, conoce que a través de la oración hay victoria, de su boca emana palabras de aliento y sabiduría, la descripción es muy diciente, “fuerza y honor son sus vestiduras, se ríe de lo porvenir”, la mujer de Dios es segura, porque se ha abrigado del Altísimo, el ingrediente esencial que le falta la mujer de hoy, la cual posee una familia segura en Cristo.
Maria del Pilar Rodriguez Paco
Abogada egresada de Uniciencia
Diacona y Consejera
Página 2
Periódico Valores Cristianos
Edición 255