La fracasada Mezquita bajo el monte del templo en Jerusalén

La extensa y rica historia de Israel ha hecho que esta gran nación sea, entre muchas otras cosas, objeto de grandes investigaciones arqueológicas. La arqueología ha permitido descubrir la forma de vida, las culturas y las costumbres, en una historia de más de 4.000 años.

Son muchos los investigadores bíblicos que encuentran en la arqueología en Israel, una fuente vital para la interpretación del texto bíblico y la comprensión de los relatos allí descritos. Sin embargo, excavar en Israel es tan complejo como su historia misma. Muchas culturas, una sobre otra, muchas edificaciones enterradas en los cimientos de otras más tardías, cantidades de tesoros enterrados entre escombros y ruinas, cuyo valor económico ya no se determina, pues su valor histórico le sobrepasa ampliamente; documentos, armas, herramientas, monedas, e inscripciones de todo tipo, se encuentran entre los muchos objetos de valor a los que la arqueología nos ha permitido acceder.

Por su condición de Capital Histórica de Israel y ciudad de tantos desarrollos arquitectónicos y escenario de tantas guerras, Jerusalén despierta un particular interés histórico y arqueológico, por lo que el Estado judío ha tenido que establecer protocolos formales para el ejercicio de la arqueología en todo su territorio, con el fin de garantizar al máximo la protección de los datos hallados y la protección de las reliquias arqueológicas que aún se encuentran sin descubrir. Con el fin de garantizar dicho cuidado, ha sido necesario definir también normas jurídicas que protejan el patrimonio arqueológico, de intereses políticos, económicos y/o religiosos que giran en torno a esta historia.

La Autoridad de Antigüedades de Israel, fue conformada como la autoridad gubernamental responsable de hacer cumplir la Ley de Antigüedades y controlar la excavación y conservación de los hallazgos, además de promover la investigación.

Tras la Guerra de los Seis Días de 1967, Israel obtuvo la soberanía sobre la Ciudad Vieja de Jerusalén, sin embargo, permitió que el Waqf (fideicomiso religioso musulmán) permaneciera a cargo de la administración del recinto del Monte del Templo de Jerusalén, lo que fue hábilmente aprovechado por el waqf y la Rama del Norte del Movimiento Islámico en Israel, quienes, en el año 1999, pasando por encima de todos los protocolos y de toda autoridad establecida, irrumpieron de manera ilegal y violenta por debajo de la mezquita Al-Aqsa, en el Monte del Templo, con la intención de convertir los Establos de Salomón, en un área de oración subterránea, bajo el nombre de Mezquita El-Marwani.

El profesor Dr. Gabriel Barkay, reconocido arqueólogo israelí, afirmó que “Jerusalén es uno de los lugares más excavados en la tierra, pero el Monte del Templo nunca fue tocado por la pala”, sin embargo, los musulmanes, haciendo uso de maquinaria pesada – lo que está rotundamente prohibido en cualquier tipo de obra, con mayor razón tratándose del Monte del Templo -, removieron más de 9.000 toneladas de tierra – cerca de 400 volquetadas -, sin ningún tipo de supervisión científica y la arrojaron como basura en el Valle de Cedrón.

Fue gracias a Zachi Dvira, en aquel entonces estudiante de arqueología, que notó algo extraño en este lugar, al cual no había acceso a personas no musulmanas, pero su alerta, con el apoyo de su profesor el Dr. Gabriel Barkay y algunos otros estudiantes, quienes libraron una larga y difícil lucha judicial para detener la obra y recuperar los escombros amontonados.

Paradójicamente, una obra ilegal y prácticamente imposible para el mundo judío, gracias al atrevimiento musulmán, otorgó el acceso a una gran cantidad de artefactos arqueológicos que hubiera sido imposible obtener por otros medios.

La alianza entre el ya arqueólogo Zachi Dvira y su antiguo profesor el Dr. Gabriel Barkay, les llevó a fundar el Proyecto de Tamizado en el Monte del Templo (TMSP por sus siglas en inglés), un proyecto único en el mundo, que busca determinar el manejo de tantos artefactos que fueron arrancados de sus contextos originales y que llevó a desarrollar un nuevo método de arqueología que consiste en el lavado de escombros, para clasificar y aplicar técnicas estadísticas y de minería de datos, con el fin de analizar lo encontrado; técnicas nuevas que tienen el potencial de producir perspectivas sin precedentes para la historia del monte del templo.

Este proyecto ha permitido, con la ayuda de miles de voluntarios de todo el mundo, descubrir más de un millón de objetos de las épocas bíblicas, así como de los períodos romano, bizantino, cruzado e islámico tardío. Los hallazgos incluyen fragmentos de cerámica, objetos metálicos, huesos, joyas, miles de monedas antiguas, vasijas de vidrio, puntas de flecha y otras armas; pesas, prendas de vestir, decoraciones de muebles, pisos de mosaico, losas de piedra con inscripciones de más de 1.000 años de antigüedad, pilares, piezas de juegos y dados, frescos y azulejos. Su investigación ha sido publicada en las principales revistas científicas transformando la comprensión de la historia del Monte del Templo.

Entre los hallazgos asombrosos están un sello de una familia sacerdotal del Primer Templo; una moneda de medio siclo de plata del Segundo Templo que representa un cáliz del Templo y tres granadas rodeadas por las palabras “Jerusalem la Santa”; además de una moneda con la frase “Por la libertad de Sion” de la Primera Revuelta contra los Romanos que precedió a la destrucción del Segundo Templo.

Aunque con las excavaciones ilegales los islamistas buscaban expandir su espacio de oración, es claro que mayormente pretendían destruir cualquier vestigio de la historia judía en el Monte, y finalmente impedir cualquier posibilidad en el futuro de asignar un espacio en el Monte para la oración judía. Además, que una vez establecida una mezquita subterránea, se cerraba toda posibilidad futura de excavación e investigación arqueológica e histórica.

No obstante, este fallido intento, resultó siendo más bien una gran oportunidad para Israel y el mundo, de acceder a grandes joyas arqueológicas que hoy se encuentran en estudio y aportando grandes datos para la recuperación de la memoria histórica de Israel y de Jerusalén.

«Te levantarás y tendrás misericordia de Sion … porque tus siervos aman sus piedras y del polvo de ella tienen compasión» Salmo 102.14

Profesor Dr. Milton J. Martínez M.

Ph.D. A.T. Philipps Universität, Marburg

Director del Diplomado en Arqueología e Historia Bíblica en Israel

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