El Primer Ministro israelí Netanyahu de nuevo afirmó la semana pasada que en cualquier acuerdo de paz Israel debe retener el control de seguridad sobre Judea y Samaria. La declaración de Netanyahu, que fue rechazada de plano por el liderazgo palestino, subraya el error de repetir el mantra de una “solución de dos estados” sin ser específico sobre los detalles. En este momento, parecen haber nuevas líneas sobre la mesa: una alianza fuerte entre los Estados Unidos e Israel por un lado y los palestinos aliados con la Unión Europea por el otro.
Para complicar aún más las cosas existe la prohibición de la participación israelí en el proceso de paz que fue declarado por el Presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas y más recientemente, las reuniones entre el Primer Ministro de la Autoridad Palestina el Dr. Rami Hamdallah y el emisario en el proceso de paz americano Jason Greenblatt a pesar del decreto de Abbas. Durante la conferencia de medios, Netanyahu clarificó un punto, al decir que Israel controlaría la seguridad al oeste del río de Jordán, al parecer incluyendo toda Judea y Samaria. La reacción de los funcionarios palestinos fue rápida e inequívoca.
El portavoz de Abbas, Nabil Abu Rudeina, respondió con lo que algunos consideran como una amenaza, cuando dijo: “O hay completa soberanía palestina o no habrá seguridad, no habrá paz y no habrá estabilidad.”