Humberto Fajardo – El Concilio de las Asambleas estrena Presidente

El Concilio de las Asambleas de Dios de Colombia, representa a una de las entidades de mayor respeto, trayectoria, testimonio y cobertura, equipando a sus iglesias y ministros para la evangelización del mundo, la adoración a Dios, la edificación de los creyentes y la compasión por los necesitados. Humberto Fajardo es el actual Presidente del Concilio de las Asambleas de Dios, un personaje que nació y creció bajo la cobertura de esta denominación, para llegar hoy en día, a ocupar el máximo cargo jerárquico. Conoce muy bien las Asambleas, por dentro y por fuera, característica que le permite gerenciar de manera efectiva y establecer objetivos en beneficio de todos sus asociados.

El periódico VALORES CRISTIANOS contó con el privilegio de entrevistar al Pastor Humberto Fajardo; la actual cabeza del Concilio de las Asambleas y nos confió varias experiencias de su vida, desde cómo empezó a escuchar de Dios, hasta cuando se formó ya como un ministro que con mucha pasión y dedicación por su noble labor se abrió camino por el ministerio pastoral hasta hoy en día.

Antes de hablar de los proyectos actuales y a futuros del Concilio pongamos la mirada en las vivencias del pastor Humberto Fajardo, que a lo largo de sus 36 años como pastor, ha servido fielmente al llamado que nuestro Señor le ha encomendado; todo comenzó cuando tenía 18 años en el momento que una tragedia familiar asolaba su vida, la muerte de su hermana había marcado mucho su vida y el vacío que dejó necesitaba de consuelo; tal necesidad le hizo buscar de varias maneras llenar el hueco de su corazón y pasó por una etapa en que los vicios intentaban seducir su atención; afortunadamente, primero recibió el llamado del Señor que se manifestó por medio un hombre fiel a Dios, un hombre con un corazón honesto dispuesto siempre a servir a los propósitos de Dios y la primera persona que le habló de Dios, tal hombre no era menos que el que sería su futuro suegro; don Luis Arturo Rodríguez o “El Evangélico” como lo conocían en su cuadra; con él, inicio una relación de amistad y en la que don Luis Arturo lo acercaba cada vez más a la Palabra. El pastor Humberto nació y se crio en el barrio Quirigua en la ciudad de Bogotá junto a sus padres también creyentes; muy pronto y después de haber entregado su vida al Señor, ingresa al Seminario Bíblico que cambió su vida y le mostró el propósito que Dios tenía para él.

Para el pastor Fajardo es muy importante la capacitación y adquirir el mayor conocimiento de la Palabra. A sus 23 años se hace pastor, y desde ese momento ha realizado estudios en Licenciatura, Maestrías, Diplomados, Seminarios, y no descarta un Doctorado Ministerial con la visión de siempre progresar y ser mejor herramienta de Dios cada día.

Antes de liderar su propia congregación, el pastor se había embarcado en varios proyectos que edificaron su vida como evangelizador, primero fue convocado para ser partícipe de varios seminarios y predicas, incluso cumplió su sueño de participar en programas de radio justo como quería, siendo en las Asambleas de Dios donde desarrollaría todo su potencial. Resaltó que su relación con Dios lo marcó con unas experiencias espirituales muy profundas y de esta nació la necesidad de querer compartir con todos, sus vivencias lo que finalmente lo llamó al ministerio de su propia congregación que se ganaba como legado por su arduo trabajo y compromiso con las Asambleas.

Ya ahora, con la madurez de sus años, el pastor Humberto recuerda con avidez las muchas experiencias que tuvo que pasar a largo de su servicio al Señor; desde amenazas de arresto por perturbación pública a causa de una prédica, hasta la persecución, incluso llegó a zonas en conflicto arriesgando su integridad, solo por predicar “hasta los confines de la tierra”. Sin lugar a duda es un hombre que tiene primero los ojos en Dios y en su designio, que en el que dirán y los prejuicios. Afortunadamente contó con el respaldo de su amada esposa doña Esther Fajardo en todo momento, desde su matrimonio recién cumplido a los 4 años de su conversión, hasta hoy en día dejando de su unión como semilla para el mundo, a sus dos hijos Ivon y Mateo Fajardo, ambos con un sincero amor hacia Dios y ganas de servirle; el pastor no oculta sus deseos de que su labor ministerial sea heredada por sus hijos, tal como Elías pasó su manto a Eliseo.

A lo largo de su carrera ministerial se ha topado con temas como las problemáticas que se desarrollan en la comunidad eclesiástica, recalca que la labor de la enseñanza de la Palabra de Dios debe ser otorgada a través de un llamado y no solo mediante un legado por lazos de amistad; también hizo un llamado a los pastores para enfatizar que si bien Dios desea que haya humildad en nuestros corazones, tampoco se debe llegar a la miseria material, ya que según sus palabras no es bíblico y Dios busca que el que le sirva viva una vida próspera y en armonía, sin que falte pero tampoco sin llegar a excederse, cosa que expresó con la curiosa frase “Ni tanto que queme al Santo, ni poco que no le alumbre”; también nos comentó acerca de las posturas del Concilio frente a cuestiones como el adulterio pastoral, en la que nos contó que si bien se denomina como una pecado, mientras que haya arrepentimiento y no se incurra en recaídas, puede haber un perdón y restauración ministerial.

Finalmente compartió con nosotros algunos de sus proyectos personales y también del Concilio; existe un fuerte sentir espiritual de escribir su propio libro basado en su tesis acerca de la “Efectos Endocrinos de la Adoración”, hasta la visión expansiva del Concilio por los diferentes municipios del país, (en todo municipio de Colombia debe existir una iglesia de las Asambleas de Dios) por la que le gustaría ser recordado, también nos comentó el interés de las Asambleas en generar asistencia en busca de la reivindicación de la sociedad por medio de lo que denominan campos blancos, y a través del gran proyecto de una universidad cristiana que en este momento se sigue desarrollando.

Para terminar el pastor Humberto mando un saludo a los misioneros y pastores, agradeciendo su compromiso con la gran comisión, y aplaudió la labor del periódico VALORES CRISTIANOS como un medio de divulgación de la Palabra de Dios de manera libre y con la valentía de difundir noticias llenas de polémicas y de creación de conciencia dentro del liderazgo cristiano, con el único propósito de servir al Señor.

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