Habla el Director de la Cárcel La Modelo: Cesar Augusto Ceballos

 

César Augusto Ceballos es un destacado abogado, creyente, oriundo de Madrid Cundinamarca, de herencia paisa y con la firme convicción que es a través del amor que se pueden transformar conciencias. Su trabajo desde hace dos años como Director de la Cárcel Modelo de Bogotá ha arrojado grandes resultados en la penitenciaría, pero su más grande orgullo es ser parte de la transformación social y espiritual de los hombres, quienes privados de la libertad, han recuperado su “libertad espiritual en Cristo Jesús”.

 

La Unidad Investigativa de Valores Cristianos se trasladó hasta las instalaciones de esta cárcel para conocer su historia y cómo un encuentro con el Espíritu Santo no solamente transformó su vida, sino la de cientos de personas que están a su cargo y que hoy dan testimonio del poder liberador del Evangelio.

 

¿Cómo llega usted a liderar esta importante cárcel?

 

No llegué aquí por capricho ni por deseo propio, sino por la voluntad de Dios. Estaba tranquilamente en un establecimiento pequeño en Santa Rosa de Viterbo y tomaron la decisión en Boyacá de trasladarme a la cárcel Picota, donde duré casi cuatro años; allí tuve la oportunidad de trabajar con las personas privadas de la libertad dando a conocer a un Dios vivo que trae libertad a los cautivos, y es así como después de haber pasado ese tiempo, los resultados fueron reconocidos por toda la comunidad carcelaria en general.

 

A los privados de la libertad nunca los he mirado como seres diferentes…, porque yo aplico lo que dice la Palabra de Dios; ellos son mi prójimo y si quiero que estas personas cambien y que tengan una oportunidad en la vida, debo entenderlos y ayudarlos a ser transformados, pero yo no puedo lograrlo sin la voluntad divina y sin la Palabra de Dios. Así que esta actitud llegó hasta oídos de autoridades en la Institución que solicitaron mis servicios para este penal.

 

Quien en realidad hace crecer la obra y ver el resultado, es Dios. La verdad es que hemos logrado muchas cosas. Por eso desde el principio, en enero del año 2016, quise cambiar, no solo lo estructural de este establecimiento, sino los corazones de quienes hacemos parte de la penitenciaría. Me gusta entrar todos los días hasta los patios, saco una hora de mi tiempo y en ese grupo de oración yo no les hablo solamente a privados de la libertad normales, sino a quienes llaman aquí los plumas, o mejor denominados, caciques porque yo les digo que así como en un momento dado fueron ejemplo de maldad y de error, ahora pueden ser ejemplo de amor y de trabajar por las personas.

 

¿Cómo llega usted a conocer del Señor Jesucristo?

Mi padre era un hombre temeroso de Dios y aunque era católico, todos los días él se arrodillaba y decía “hay que darle gracias a Dios”, así nos inculcó la fe. Tomábamos un tiempo sin radios, sin juguetes, sin lecturas, para juntos desarrollar nuestro devocional familiar. Siendo doce hermanos, aprendimos a disfrutar de este tiempo.

 

 

Comencé a tener mi acercamiento a Dios gracias a una hermana, quien, siendo católica, no le permitían desarrollar libremente su ministerio porque ella usaba mucho la imposición de manos y la oración; sin embargo, su testimonio y la experiencia directa con Dios, para mí, fueron determinantes en medio de mi fe. Me invitaron a un grupo de oración y allí pude ver lo que en verdad me estaba pasando y lo que Dios estaba haciendo conmigo.

 

Es Dios quien se acerca a usted, y no usted a Dios

 

Yo creo que Dios no quiere que estos cinco mil privados de la libertad que se encuentran recluidos en esta cárcel se pierdan, sino que tengan oportunidad de cambio. Por eso he permitido que los pastores, los sacerdotes, los capellanes, las comunidades religiosas, realicen su labor de consejería espiritual…, hemos logrado formar un gran equipo maravilloso, logrando resultados de reinserción a la vida en comunidad, en paz y amor que tanto necesitan estas personas.

 

¿Cómo reciben el trabajo de Doña Mercedes de Romero en la cárcel?

 

Sólo palabras de agradecimiento para con ella. Son más de 48 años que lleva Doña Mercedes en este lugar, trayendo luz, brindando amor y un plato de comida a quienes más lo necesitan. Son muchas generaciones de personas que pueden dar testimonio que sí es posible cambiar y servir a una sociedad a la que en el pasado la hirieron.

 

¿Cuál es su mensaje al liderazgo cristiano?

 

Que dejemos tanta diferencia entre nosotros mismos, que nos dediquemos básicamente a predicar la Palabra, no tergiversemos en mensaje de Jesucristo…, dejemos de predicar “mi iglesia es la verdadera y la suya no”, prediquemos el amor de Dios, el amor al prójimo, todos tenemos algo que dar y de esa manera manifestamos el amor al prójimo.

 

¿Qué opina del nuevo presidente?

 

Creo que es un hombre puesto por Dios y que hará un buen gobierno, debemos orar por él, esperemos que pueda sacar adelante a este país. No es bueno que alguien que no había sido ni siquiera elegido ya estaba convocando a la protesta, es un muy mal mensaje.

 

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