¿POR QUÉ CAYÓ VICKY DÁVILA? – PASTOR MILTON MARTÍNEZ

El pasado 16 de febrero, la emisora La FM, bajo la dirección de la periodista Vicky Dávila, reveló el contenido de un video grabado en el año 2008, cuando el señor, Carlos Ferro – en aquel entonces senador de la república -, sostenía una conversación homosexual explicita y abierta con el señor Ányelo Palacios, quien para esa fecha era alférez de la Policía Nacional.

Una vez dado a conocer el contenido de dicho video, el mismo se conoce en las redes sociales y en los demás medios de comunicación, quienes van a reaccionar de diferentes maneras, teniendo en cuenta que para ese momento ya el señor Ferro se desempeña como viceministro del Interior.

El escándalo:

La trascendencia del escándalo se debe entre otras cosas a que se convierte en una potencial evidencia de la mal llamada «comunidad del anillo» que, de acuerdo a varias denuncias, funciona o funcionaba en la Escuela de Policía General Francisco de Paula Santander, en Bogotá, en la que alféreces y cadetes habrían sido explotados sexualmente siendo ofrecidos por algunos oficiales de alto rango de la escuela, a congresistas y empresarios quienes eran “los clientes”.

Tras las denuncias y la difusión del video, el señor Ferro se vio obligado a presentar renuncia inmediata al cargo de viceministro, y un par de días después hará lo propio el director de la Policía Nacional el general Rodolfo Palomino, quien se encuentra vinculado a las investigaciones sobre el mismo caso.

La reacción de los medios:

Inmediatamente, el presidente Santos criticó la publicación del video aduciendo, no desde su condición de presidente sino de periodista, que “Eso no es buen periodismo”, mientras que el ministro de defensa aceptó la decisión del general con “gran tristeza”.

Por su parte, en las redes sociales se desató una gran controversia, pues de inmediato surgió un gran “colectivo pro-dignidad”, que desde diversos sectores de la sociedad y de las distintas ramas de la justicia, seguían el pensamiento del presidente y del ministro, que por primera vez censuran a un periodista por revelar noticias de este contenido.  El resultado de esta gran conmoción, llevó a que la periodista Vicky Dávila dejara su cargo como directora de La FM.

Una de las más sonadas reacciones, fue la de una profesora universitaria, quien cuestionó duramente a Vicky, acusándola de haber acabado con la vida de una persona. En su misiva publicada en su Facebook y en el sitio oficial del espacio periodístico Las 2 Orillas, la profesora cuestiona el estado emocional de Vicky, considerando que lo único que ha logrado es provocar en la ciudadanía un alto grado de solidaridad por el señor, cuyas preferencias “personales y privadas” son asunto suyo y de nadie más.

La pregunta:

“¿No tiene usted en su familia o allegados alguien que tenga preferencias sexuales diferentes a la suya? Yo sí, y me siento muy orgullosa de su amistad y afecto.”

Esta pregunta, realizada por la profesora a la periodista, se constituye en la mejor radiografía del hecho en cuestión y nos conduce a la respuesta que buscamos desde el principio: ¿por qué cayó Vicky Dávila?

Evidente es que no se trata de un sentimiento social por el irrespeto a la privacidad, pues ella misma es una de las más importantes fuentes de periodismo.

La también periodista María Isabel Rueda en su columna “El linchamiento de Vicky”, del 20 de Febrero en el mismo espacio Las 2 Orillas, responde a la profesora mostrando cómo son muchas las ocasiones en que los periodistas se han alimentado de la privacidad de la vida de muchos para hacer periodismo e investigación.

Evidentemente el problema no es haberse metido con un político, con un oficial de la policía, ni con la intimidad de una persona. El problema tiene un solo color, o más bien varios -los colores del arco iris -. El gran error de Vicky fue meterse con un colectivo que cada vez asume con más propiedad un papel protagónico en la historia de la humanidad, un colectivo que poco a poco se está haciendo intocable, un colectivo que pretende asumir la categoría de “comunidad”, mientras que sus hechos demuestran lo contrario. El video no solo deja en evidencia la relación tan estrecha que hay entre homosexualidad y descomposición, homosexualidad y corrupción, sino que también evidencia la relación tan estrecha entre homosexualidad y promiscuidad. Develar ese manto, se está convirtiendo poco a poco en delito y quienes se atrevan a meterse con estas conductas, ya sea como periodistas, como académicos, como políticos o como contradictores, se verán expuestos a todo ataque y presión por parte de un colectivo cuya influencia en todas las esferas de poder es hoy demasiado evidente.

Para la profesora, al igual que para muchos otros, es sobre Vicky en quien debe recaer todo el peso de la presión social, pues no fue el señor Ferro – como figura pública – quien no pensó en las consecuencias de sus hechos, sino que fue la periodista, quien al publicar el video, no pensó en las consecuencias para el ex – viceministro, sobre su persona, ni sobre su familia, ni sobre su círculo social, ni sobre su futuro. No yerra quien actúa, sino quien denuncia (claro, en este caso).

Lamentable estrategia social, cambiemos los culpables y cambiemos de nombre a las acciones, para legitimar lo que es ilegitimable:

“hay de los que a lo bueno dicen malo, y a lo malo bueno”.

 

 

 

Un comentario

  1. Cual es el error cambiar corrupción por que le toco a un gay que no salió del closet que se legalice como gay y así tendrá inmunidad pobre exmujer tener que vívir una mentira pobre pueblo confiar en un mentiroso igual el problema no fue por su condición sexual, por su mentira, a la que debemos acostumbrarnos o si no nos tachan de seno fóbicos por no aceptar engaños.

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