PACTO

El pacto de amor de Dios

El inicio de un nuevo año nos llena de esperanza, y qué mejor oportunidad para recordar que nuestra esperanza está establecida y basada en el PACTO que Dios ha hecho con la humanidad.

La razón por la cual nosotros podemos nacer de nuevo, ser parte de la familia de Dios, tener una herencia y un legado que Dios nos ha dado a través de Jesucristo es sólo por el hecho fundamental que Dios estableció un pacto con el hombre.

 

Pacto significa: promesa, compromiso, fidelidad y lealtad hasta la muerte.

 

Para Dios es un acuerdo y una promesa solemne y quien lo ha iniciado no es el hombre sino Dios. Él es quien hace el pacto y Él es quien lo cumple. Jesús fue hasta la muerte por ti y por mí.

 

Dios nos da libertad para que aceptemos o rechacemos entrar en pacto con él. Cuando entregamos nuestra vida a Jesús para que sea nuestro Salvador y Señor, nacemos de nuevo e inmediatamente entramos en este pacto eterno con el Padre.

 

El pacto que Dios tiene con la humanidad es la manifestación del amor de Dios, de su gracia y de su misericordia hacia el hombre. Ninguno de nosotros merece un pacto de amor y fidelidad del Dios Todopoderoso. No nos lo podemos ganar, ni obtener pero Dios en su infinito amor hace un pacto con la humanidad para que podamos tener eternamente una relación con él.

 

Tú y yo somos la expresión del pacto de Dios. Somos la expresión de su amor, fidelidad y misericordia para un mundo que está en tinieblas y que necesita conocer y tener esperanza en Dios. Necesita saber que su relación con Dios no depende de las obras que haya hecho o que no haya hecho, sino que está basada en que Dios lo ama incondicionalmente.

 

El plan de Dios es perpetuar su pacto con la humanidad y tú eres portador de ese pacto, con la responsabilidad de entregarlo como legado a tus generaciones.

 

Debemos entender que el propósito divino no es sólo que nosotros recibamos, sino también que levantemos generaciones que amen a Dios con todo su corazón, mente y fuerzas.

 

Te quiero retar a que hoy mismo cambies prácticas en tu vida que tengas que corregir. Estamos en tiempos acelerados, las cosas que estamos viendo nos hablan que es urgente y necesario hacerlo. Define ahora los cambios que debes hacer porque el legado que queremos levantar y dejar no se hace de la noche a la mañana. Levantar una generación es un proceso. A tus generaciones, a los amigos de tus hijos, tus sobrinos, tus nietos, ¿los estás levantando, los estás atrayendo a Cristo?

 

Tenemos un pacto de amor en Dios, unas promesas con él, un legado para  impartir. Tenemos una herencia que él nos ha dado para guardar y para pasar a las generaciones. Tenemos una verdad que es necesario restaurar. Tenemos un impacto para tú y yo llevar a la sociedad.

 

Apóstol Marcela de MacMillan

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *